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Nosotros
Marcos Prada Ginzo
Copropietario y gerente

Marcos Prada Ginzo: vocación vitivinícola con proyección internacional.
Marcos Prada Ginzo nació en Suiza en 1979, país en el que residió durante sus primeros 18 años de vida. Posteriormente, se trasladó a Galicia, donde inició una sólida trayectoria académica y profesional. Es licenciado en Administración y Dirección de Empresas por la Universidad de Santiago de Compostela, y ha complementado su formación con un Máster en Administración y Gestión de Empresas (MBA). Con una clara orientación hacia el sector vitivinícola, también cursó un programa superior en Dirección de Empresas Vitivinícolas y una especialización en Marketing Digital y Comercio Electrónico aplicado al vino en Galicia Business School.
Políglota —habla gallego, castellano, alemán, francés e inglés—, su perfil internacional se ha forjado en parte gracias a su experiencia profesional en el sector exportador. Durante más de una década, Marcos trabajó en el departamento de exportación de empresas especializadas en pizarra, adquiriendo habilidades clave para la apertura de mercados y la gestión de relaciones comerciales a nivel global.
En el año 2010 decide dar un giro a su carrera y se incorpora, junto a su hermana Sonia, como copropietario y gerente a la bodega familiar Adega Melillas e Fillos S.L., ubicada en A Rúa, en la comarca de Valdeorras. Esta bodega, que hunde sus raíces en una antigua instalación romana y que apuesta por una viticultura de terruño y sostenibilidad, representa el vínculo de la familia con la tierra y la tradición, sin renunciar a una visión contemporánea e innovadora del sector del vino.
Su implicación en el tejido vitivinícola gallego va más allá del ámbito empresarial. Marcos ha desempeñado el cargo de vicepresidente primero del Consello Regulador da Denominación de Orixe Valdeorras, formando parte activa de su plan estratégico de desarrollo. El 4 de noviembre de 2024, fue elegido por unanimidad presidente del Consejo Regulador, con el firme propósito de consolidar la proyección internacional de los vinos valdeorreses y dar continuidad al trabajo iniciado en los últimos años.
Apenas un mes después, el 13 de diciembre de 2024, asumió también la presidencia de la Asociación Ruta do Viño Valdeorras, compaginando este nuevo rol con la presidencia del Consello Regulador. Esta doble responsabilidad refuerza su compromiso con el desarrollo integral de la comarca a través del vino, la cultura y el turismo.
Marcos Prada Ginzo representa la fusión entre tradición familiar, profesionalización del sector y apertura al mundo. Su liderazgo se centra en fortalecer la cohesión del sector vitivinícola, impulsar el enoturismo y posicionar los vinos de Valdeorras en los mercados internacionales, todo ello con una mirada estratégica, sostenible y profundamente arraigada en su tierra.
Sonia Prada Ginzo
Copropietaria y Gerente adjunta

Sonia Prada Ginzo: tradición familiar y compromiso con el vino de Valdeorras.
Sonia Prada Ginzo es una empresaria vitivinícola nacida en Ourense en 1973, emigra con sus padres a los tres años al país helvético. Realiza sus estudios de Ciclo superior de administración y finanzas en Suiza, trabajando durante 10 años en el Banco UBS especializándose en atención al cliente y productos financieros personalizados. En el 2000 da un giro en su vida laboral y se incorpora a la multinacional Müller Martini A.G. especializándose en exportación gracias que también es políglota como su hermano Marcos —habla gallego, castellano, alemán, francés e inglés—
En el año 2001 decide venirse a Valdeorras para criar a sus hijos. Desde el 2010 es copropietaria y administradora solidaria de Adega Melillas e Fillos S.L., una bodega que, bajo su liderazgo y el de su hermano Marcos, ha sabido mantener viva la esencia del pasado al tiempo que apuesta por la calidad, la sostenibilidad y la proyección internacional.
El origen de la bodega se remonta al regreso de sus padres, Juan Luis Prada y María Ginzo, tras más de tres décadas de vida y trabajo en Suiza. Con la determinación de recuperar sus raíces, restauraron una antigua instalación romana situada en A Rúa, transformándola en una pequeña bodega familiar con fuerte identidad. Sonia y Marcos, tercera generación de viticultores en esta etapa, asumieron con determinación el proyecto, convirtiéndolo en una filosofía de vida más que en una empresa.
Desde 2016, Sonia ejerce como administradora solidaria, compartiendo las labores de gestión, planificación y producción. En el día a día de Adega Melillas e Fillos, su figura representa el compromiso con el detalle, el trabajo artesanal y la conexión con la tierra. La bodega cultiva unas cinco hectáreas repartidas en pequeñas parcelas —minifundios típicos de la zona— donde se miman variedades autóctonas como Godello, Mencía, Merenzao, Garnacha Tintorera y Tempranillo. Todo ello sobre suelos de pizarra y con una viticultura mayoritariamente en vaso, lo que favorece una producción limitada pero de gran calidad.
La filosofía de Sonia se basa en el respeto absoluto por el entorno, el valor del terruño y la elaboración de vinos honestos, con identidad propia. La bodega comercializa sus productos bajo la marca Lagar do Cigur, que reúne cinco referencias procedentes exclusivamente de sus propias uvas. Dos de ellas rinden homenaje a sus padres, con nombres que perpetúan su memoria y su legado. Gracias a esta coherencia entre viña y bodega, sus vinos han sido galardonados con más de 50 premios nacionales e internacionales, entre ellos el Grand Gold en el Frankfurt International Trophy 2020 y el Great Gold en Catavinum World Wine & Spirits Competition 2021.
Sonia Prada Ginzo representa la cara humana, familiar y cercana del vino de Valdeorras. Su implicación en cada vendimia, en cada decisión estratégica y en cada botella refleja no solo una labor empresarial, sino un profundo amor por su tierra, su familia y su oficio. A través de Adega Melillas e Fillos, contribuye a posicionar el vino gallego como un producto de alta calidad, auténtico y con alma.
Juan Luis Prada Rodríguez
Fundador y Copropietario

Juan Luís Prada Rodríguez: la raíz del viñedo, el alma de un legado.
Juan Luís Prada Rodríguez es una figura clave en la historia reciente del vino de Valdeorras, no solo como copropietario de Adega Melillas e Fillos S.L., sino como motor de un proyecto familiar que ha sabido aunar tradición, trabajo y amor por la tierra. Su trayectoria personal y profesional está íntimamente ligada a la recuperación de la viticultura en A Rúa, y al impulso de una bodega que hoy representa con orgullo el carácter más auténtico del vino gallego.
Tras más de tres décadas de vida en Suiza, país al que emigró junto a su esposa María Ginzo en busca de oportunidades, Juan Luís decidió regresar a su tierra natal con una idea clara: reconectar con sus orígenes y poner en valor las viñas heredadas de sus antepasados. A su vuelta, adquirió una antigua bodega romana semienterrada en A Rúa, en un entorno privilegiado de suelos pizarrosos y clima atlántico continental, y dio comienzo así a lo que hoy es Adega Melillas e Fillos.
El nombre de la bodega, que hace referencia al apodo de su padre “Melillas” —arraigado en la familia desde generaciones atrás— y al vínculo con sus hijos (“e fillos”), refleja perfectamente su carácter familiar y la continuidad generacional que ha sabido fomentar. Juan Luís no solo plantó cepas; sembró un proyecto vital que ha sido asumido por sus hijos, Sonia y Marcos, quienes actualmente lideran la gestión diaria con la misma pasión y respeto que él les inculcó.
En sus primeras etapas, Juan Luís desempeñó un papel clave en el cultivo de las viñas, la reconstrucción de la bodega y la elaboración artesanal del vino. Su trabajo meticuloso, paciente y siempre guiado por la sabiduría del campo, sentó las bases para el estilo de la casa: vinos honestos, sin artificios, que expresan con claridad el terruño valdeorrés y la personalidad de cada añada. Aún hoy, sigue vinculado al día a día del proyecto, aportando experiencia, criterio y un conocimiento profundo del ciclo de la vid.
La influencia de Juan Luís en la bodega va mucho más allá de lo operativo. Es la voz de la tradición, el guardián de una forma de hacer vino que respeta los tiempos de la naturaleza y valora el esfuerzo de cada vendimia. Su figura encarna los valores de sencillez, esfuerzo y arraigo que han hecho de Adega Melillas e Fillos una de las bodegas familiares más reconocidas de la Denominación de Origen Valdeorras.
Gracias a esa visión inicial y al trabajo conjunto de toda la familia, la bodega ha alcanzado importantes reconocimientos nacionales e internacionales, posicionando sus vinos —bajo la marca “Lagar do Cigur”— como referentes de calidad y autenticidad. Hoy, su legado vive en cada cepa, en cada botella, y en cada decisión tomada por la nueva generación, que mantiene intacto su espíritu fundacional: hacer vino desde el corazón, con respeto por la tierra y la memoria.
